El diseño de packaging es una parte muy importante dentro de la estrategia de branding de una marca. La razón de esta afirmación se sostiene en las teorías de diferentes expertos que aseguran que el envase tiene una doble función: por un lado contiene un determinado producto y por otro, es el primer mensaje que el consumidor recibe de una marca. Es decir, el packaging se convierte así en el primer punto de contacto de un nuevo usuario con una marca y puede suponer la diferencia entre la compra o el rechazo en las estanterías de los establecimientos. El color, la forma, o hasta el tipo de letra escogido adquieren una gran importancia. Pero, ¿para qué más sirve el packaging?
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¿Por qué el packaging es tan importante dentro de la estrategia de la marca?
La respuesta es fácil: el diseño del envase de un producto (definición simple y llana de lo que es el packaging), es a la vez un contenido y un medio de comunicación. El diseño del packaging debe transportar el producto, ser funcional y conferir a la marca una personalidad que se ajuste con los valores previamente establecidos en la estrategia de la marca.
El packaging debe conseguir realizar las siguientes 4 facetas:contener, proteger, conservar y transportar. Y añadimos una: ¡comunicar! Y es que, como se ha comentado anteriormente, el envase no solo debe cumplir con los objetivos ya descritos, sino también proyectar tres funciones indispensables:
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- Función práctica: este aspecto del packaging está estrechamente relacionado con la función primordialmente física de su uso. Los objetivos “contener, proteger, conservar y transportar” forman parte de esta faceta.
- Función estética: esta otra función se relaciona con el concepto de neuromarketing, y es que el diseño del envase debe satisfacer las necesidades psicológicas de consumo con la belleza y atractivo físico del diseño a primera vista.
- Función simbólica: esta última función se relaciona con el simbolismo y los aspectos psíquicos, espirituales y sociales de un determinado producto. Si una marca consigue transmitir a través de su packaging (primera línea de comunicación con los usuarios) toda la faceta simbólica que puede acarrear un determinado producto, habrá triunfado.
En definitiva, el packaging es una disciplina del marketing que se engloba dentro del branding corporativo que toda marca debe realizar para dotarse de personalidad y distinguirse de la competencia. Es, por lo tanto, una pieza más del puzle que es necesario construir para hacer crecer a una marca y llevarla al estrellato. Así que no dejes estas decisiones en manos inexpertas y contacta con nosotros a través de nuestro formulario. Si no trabajas con expertos ¡Puedes llevarte más de una sorpresa desagradable!