El diseño de packaging ha adquirido una gran importancia para las empresas, que son conscientes de las funciones que realiza no solo desde un punto de vista más funcional, sino también para el branding de la marca. Y es que los envases no solo contienen y protegen, sino que también definen parte de la personalidad de la marca que lo diseña. ¿O a caso no nos decantamos en ocasiones por un producto con un packaging original respecto a otro más clásico?
Es, en definitiva, un elemento diferenciador que los consumidores valoran cada vez más, conscientes de la originalidad y de las funciones que el packaging puede aportar a sus vidas. Por eso, muchos clientes comienzan a demandar ciertas prácticas y diseños de envases a las marcas que van más allá de la simple forma del contenedor.
La comodidad, por ejemplo, es uno de los aspectos más valorados por el público. Sobre todo para los packagings de productos de comida, que suelen ser los envases que mayores prestaciones deben aportar. Por eso las marcas apuestan cada día más por envases rápidos y cómodos. Una nueva tendencia es adaptar este tipo de packaging a consumidores individuales, una nueva realidad del presente. En el hogar, por ejemplo, también existen nuevas tendencias que apuestan por un diseño de packaging más práctico y menos aparatoso.
Los ingredientes de los productos y los materiales de los que están fabricados, también son objeto de preocupación entre los usuarios. ¿A quién no le preocupa en la actualidad cuidar el medioambiente y no potenciar prácticas que dañen la sostenibilidad del planeta? Por esta razón, es cada vez más habitual ver a las marcas preocupadas por fabricar sus productos y embalajes con materiales reciclados, que aportan un plus a la personalidad de la marca muy valorado socialmente.
La innovación y la originalidad también forman parte de las tendencias en el diseño de packaging, en las que las marcas intentan diferenciarse de su competencia explorando nuevas formas, diseños y sabores. No solo desde un punto de vista de los envases, sino también de los propios productos.
El packaging que posea una identidad propia y definida es también representativo de la marca, ya que ayuda a que los clientes sepan distinguirlo de la competencia fácilmente. De ahí que en los últimos tiempos muchas empresas se hayan decantado por formas y diseños únicos que potencien su personalidad. También sirve como parte de la estrategia de branding corporativo. Y es que el envase en el que se comercializa un producto, o en el que se sirve, puede acabar por convertirse en el símbolo de una marca. Eso mismo ocurre con la cerveza Old Skull, que comenzó a servirse al público en tarros destinados a conservas y que ha acabado por convertirse en un símbolo distintivo de la marca. No solo desde un punto de vista original, sino también como conector de la identidad que le une a la tierra donde ha sido fundada la marca de cervezas, el Bierzo.
Por eso, el diseño de envases se ha potenciado en las grandes ciudades españolas en los últimos años, gracias en parte a esta nueva perspectiva que han adquirido las marcas sobre la estrategia de branding corporativo que deben seguir. El packaging en Barcelona, por ejemplo, es uno de los sectores con más futuro dentro del diseño y estrategia de marcas.