La sociedad evoluciona de forma constante y las marcas deben adaptarse a las nuevas tendencias que predominan en el mercado. Sobre todo para aquellas que se dedican a la venta de productos, para las que la primera impresión es vital: el packaging es, por lo tanto, la primera vía de comunicación con los usuarios. Un ejemplo de esta realidad cambiante es el aumento de envases relacionados con el hogar, más pequeños y fáciles de transportar. También destacan los packagings relacionados con la comida preparada y semipreparada, debido principalmente al cambio de tendencia en el mundo laboral, en el que cada vez más personas viven on-the-go.
Por lo tanto, la elección de un producto está estrechamente relacionada con la adaptación del packaging del mismo a las propias necesidades personales y familiares de cada hogar y persona.
De hecho, en una encuesta realizada por el Barcelona Institute of Packaging se determina que el 58% de los usuarios se decantan más por el tamaño y formato del embalaje que por el precio y la marca del producto. Entonces, ¿cómo no adaptarse a las nuevas tendencias del packaging en Barcelona y en el resto de España?
Las principales tendencias del packaging
La clave del éxito de un producto no solo depende de su calidad, sino también de la forma en que los usuarios perciban la marca que lo comercializa en el punto de venta. Por eso, el diseño de packaging tiene que hacer frente a nuevos retos que van más allá de aspectos más tradicionales como la protección del producto o la facilidad de transporte. Ahora existen otras nuevas necesidades que los envases deben cumplir, como por ejemplo el aumento de la conservación de los alimentos, los cierres reutilizables… Es lo que en términos técnicos se conoce como packaging inteligente o tecnológico, envases capaces de avisar al consumidor del estado en el que se encuentra el producto que contienen y si es apto para el consumo humano. Además de todas estas virtudes, un packaging debe tratar de influir en la decisión de compra de los usuarios. ¿Cómo? Mediante la utilización del embalaje como vehículo de comunicación de la marca, que debe ser una de las claves de la estrategia de branding corporativo de las empresas.
Existen siempre factores que condicionan el diseño del packaging en la sociedad, ya que ésta evoluciona de forma constante. Pero a pesar de todo, se pueden determinar una serie de tendencias que tienen una influencia en el envasado a largo plazo:
- El envejecimiento de la población mundial: hecho que provoca que sean necesarios los diseños de nuevos packagings más accesibles, con abre fáciles y con la posibilidad de conservar el producto mediante la reutilización del cierre.
- El cambio de los hogares, que suelen ser más pequeños: la falta de espacio de almacenaje provoca que muchas familias deban vivir al día. Muchas acaban por visitar el supermercado de forma diaria. Por eso, las marcas deben ser conscientes de la necesidad de este tipo de consumidores de contar con un envase de producto más pequeño y transportable.
- Una mayor consciencia de la salud por parte de los consumidores, que valoran más el estado y procedencia de los productos que adquieren en el supermercado. Una buena estrategia de branding corporativo consiste en la utilización del packaging no solo como elemento comunicativo, sino también informativo (en el que aparezca la información necesaria y relevante que todos los usuarios deban conocer acerca de aquello que compran).
- La propia estrategia de branding corporativo debe tenerse muy en cuenta a la hora de abordar la confección del envase. Y es que en un entorno tremendamente competido como en el que vivimos, todos los detalles cuentan.
- Desarrollo de nuevos materiales de envasado: más baratos, más eficientes, que provoquen un menor consumo de recursos y sean efectivos en la conservación de los alimentos.
- Aumento de la consciencia medioambiental de los consumidores: a diferencia de lo que ocurría años atrás, muchos consumidores apuestan en la actualidad por marcas que respeten el medio ambiente, demandando a sus marcas de confianza la utilización de materiales reciclables y reciclados. Además, la innovación en el diseño del envase y la posibilidad de reutilizarlo para otros fines (una tendencia al alza dentro del branding) aumenta el engagement de marca.
Todas estas tendencias influyen de forma directa en la percepción que los consumidores tienen de una empresa. Por eso, es importante que las marcas sepan adaptar sus estrategias de branding corporativo a estas nuevas realidades. Y es que ya no solo se trata de sorprender mediante la forma, el color o los atributos de un embalaje, sino también de transmitir una imagen de marca que sea capaz de decantar la compra cuando estemos delante del estante de un supermercado.