¿Puede una marca conectar con su público a nivel sensorial? La respuesta es sí. Y existe un concepto que define está conexión, a la perfección: el branding emocional. Encontramos determinadas marcas con una estrategia capaz de conectar de manera más profunda, significativa y duradera con el cliente de lo que es habitual. El interés de éste hacía ella, pasa por periodos de interés temporales y desmesurados. Por marcados y dispares picos que aún y así, permiten que sobreviva y siga ganando adeptos con el paso del tiempo (y las generaciones). Y el ejemplo más evidente, lo encontramos en el fenómeno viral del verano, Pokémon GO.
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La estrategia del branding emocional
El branding emocional es un concepto dinámico, vivo. Permite que una marca pueda actualizarse y adaptarse al cambio del perfil del consumidor y su contexto actual. Y no solo eso, sino que además marca la diferencia potenciando la notoriedad de la marca y la lealtad del cliente. La conexión establecida no entiende de fronteras físico-temporales, ya que engancha al consumidor de un modo sensorial. Es decir, satisface sus nuevas necesidades a partir de la creación de un vínculo emocional con los valores de la marca.
El branding emocional genera confianza, crea un vínculo como si de un amigo de toda la vida se tratase, el cual nos cae bien por su personalidad, por las experiencias vividas… en definitiva, por todas aquellas emociones que conectan con el público más allá de la razón.
Más allá del juego
Según un estudio, los usuarios dedican una media de 75 minutos al día a jugar a la aplicación de realidad virtual Pokémon GO con sus teléfonos móviles. Estas cifras, delatan como se ha superado el tiempo dedicado hasta ahora a redes sociales tan popularmente conocidas, como Facebook o Youtube.
Ante tal acto de fidelización promovido por el branding emocional, no es de extrañar que otras grandes marcas aprovechen el filón para beneficiarse, como es el caso de McDonald’s. Se trata de la primera empresa que cuenta con un proyecto para disponer, en la ubicación de sus restaurantes, de gimnasios virtuales para que el pokémon pueda entrenar, mientras sus cazadores disfrutan despreocupados de una hamburguesa. Y es que, aseguran, que situar un pokémon en el interior de restaurantes y negocios, puede llegar a aumentar sus ventas ¡hasta un 75%!
Porque el cliente no busca únicamente satisfacer sus necesidades. El cliente busca el valor, el ir más allá. La conexión. En definitiva, el branding permite que el consumidor pueda identificarse con la marca y poder empezar así, una historia, sin final.